La diva del theremin
Clara Rockmore posa orgullosa ante su theremin. |
La primera presentación pública de Clara Reisenberg interpretando algunos de los instrumentos electrónicos de Lev Termen tendría lugar el 1 de abril de 1932 en el Carnegie Hall de Nueva York, aunque el theremin no sería uno de ellos. La estrella de la presentación era el terpsitone, el nuevo invento en el que Termen había estado trabajando durante diez años y cuyo nombre derivaba de Terpsícore, la musa griega de la danza.
En el marco de este concierto eléctrico, el inventor presentó además del terpsitone varios de sus instrumentos, la mayoría de los cuales ya habían hecho su debut en abril de 1930 en un multitudinario evento en la misma sala de conciertos neoyorquina. Esta vez la novedad era la formación de una orquesta con 16 instrumentos electrónicos, creada para la ocasión y denominada Theremin Electrical Symphony Orchestra, que incluía intérpretes de theremin, theremin de teclado, rhythmicon, theremin cello (entre ellos también el propio Termen y Clara Reisenberg), y el Illumovox, un instrumento óptico que generaba variados efectos lumínicos dependiendo de los cambios de tono efectuados con un theremin.
El terpsitone se trataba de un instrumento de control espacial con el cual el bailarín podía controlar el sonido mediante sus movimientos. Una plancha metálica aislada debajo de la plataforma de baile actuaba como antena para el tono, registrando el movimiento de elevación del cuerpo y el cese del mismo, como cambios relativos en el tono. El funcionamiento básico era el mismo que el del theremin, si bien el volumen y el vibrato eran controlados separadamente por un operario detrás del escenario.
Clara Reisenberg demostrando el terpsitone. |
A pesar de lo avanzado de la propuesta de Termen, con la que se adelantó unos cuarenta años a experimentos similares desarrollados en el MIT o en la Universidad de Stanford, el terpsitone sólo se utilizó una vez más en una demostración en la Columbia University por parte de Clara, y quedó finalmente relegado al olvido. De los tres prototipos de terpsitone que se construyeron, el único que existe en la actualidad lo diseñó Termen en 1978 para su sobrina nieta y virtuosa del theremin Lydia Kavina.
Hacia 1932, Clara estaba totalmente comprometida en transferir sus sensibilidades musicales del violín al theremin, pero no intentaría un debut en solitario, dejando aparte su presentación del terpsitone, hasta que no hubiera alcanzado el nivel artístico que ella siempre se había autoexigido, aunque no existiera un precedente para él en el theremin. Clara jamás estudió la técnica del instrumento con su inventor más allá de tres lecciones introductorias, que no fueron más que demostraciones de los movimientos básicos de los brazos que lecciones musicales formales. Practicaba a tiempo completo estudios estándar de violín copiados de libros de ejercicios para centrarse en su precisión técnica (escalas, y memorización de secuencias melódicas tales como patrones de notas de dos 'staccatos' y dos 'legatos'), como preparación para su gran debut en Nueva York.
Clara Reisenberg se ejercitó en la técnica de control espacial con el rigor que se había aplicado con el violín, intuyendo los gestos más efectivos. Su inmersión en el dominio del instrumento fue tal que desarrolló sus propios gestos y posiciones de las manos. Se dio cuenta de que manteniendo las puntas de sus dedos pulgar e índice de la mano derecha en contacto, podía conseguir uniformidad y control del 'vibrato' y extendiendo y contrayendo cada falange de la misma mano podía controlar con precisión la melodía dentro del campo eléctrico. Esta técnica, bautizada por la prensa de la época como 'aerial fingering' (digitación aérea), había sido adaptada de la interpretación del violín, y fue la que sentó cátedra y ha perdurado como el método clásico para aprender a tocar el theremin.
En aquella época existían una docena de thereministas cuyo entusiasmo por el instrumento superaba con creces su habilidad para interpretarlo correctamente. Los casos de Lucie Bigelow Rosen, mecenas de Termen durante su estancia en Estados Unidos, Lennington Shewell, músico probador del RCA Theremin o Juliet Wolfe Shaw, pianista y alumna de theremin, son ejemplos de intérpretes que se centraban en piezas lentas del repertorio popular y generalmente de baja o media dificultad.
Lucie Bigelow Rosen tocando el theremin. |
No obstante, es curioso observar cómo muchos de estos thereministas, seguramente de un modo inconsciente, dificultaron la aceptación pública del instrumento que adoraban, dado que se trataba de personas de clase alta que promocionaban generalmente el theremin en fiestas privadas y reuniones de pequeñas élites y no entre el gran público. Tiempo después muchos críticos llegaron a admitir abiertamente que tras asistir a recitales de Clara Rockmore, habían cambiado su manera de pensar respecto al potencial del theremin, que esos intérpretes menos diestros, con sus escasos recursos técnicos, habían infundido entre la audiencia y la prensa especializada.
En 1933 y de un modo inesperado, Clara Reisenberg se casó con Robert Rockmore, un distinguido representante de artistas muy bien situado en su profesión, que había conocido a la edad de 14 años. Rockmore tenía una larga asociación con el mundo del teatro como agente del actor, cantante y activista por los derechos civiles Paul Robeson, y en un tiempo amigo y confidente del dramaturgo Eugene O'Neill. El último triunfo de Rockmore había sido su labor de producción en la primera obra de teatro con actores afroamericanos en Nueva York, titulada Run, Little Chillun!, que se estrenó en Broadway el 1 de marzo de 1933. La boda de Clara supuso un duro golpe para Termen, que pocas fechas antes le había pedido matrimonio. Al conocer la noticia, súbitamente rompió todo contacto con ella.
El 30 de octubre de 1934, Clara realizó su recital de debut como solista con el theremin en el Town Hall de Nueva York, con su nuevo apellido de casada, Rockmore. A pesar de que el inventor todavía mantenía las distancias, el grado de involucración de Clara con el theremin continuó. Ella misma superó sus propias expectativas y desarrolló una consumada técnica que ningún otro intérprete había alcanzado jamás. En su ambicioso programa, interpretó Berceuse de Igor Stravinsky, el "Andante" de la Sinfonía Española de Édouard Lalo, Kaddisch de Maurice Ravel y piezas de Bach, Marcello, Goldmark, Glazunov, Rachmaninoff y Tchaikovsky. Pierre Luboschutz la acompañó al piano y Joseph Yasser al órgano. El programa finalizó con una serie de espirituales cantados por el Hall Johnson Male Sextet apoyados por el theremin y el órgano. El recital -el primero de theremin completamente integrado por piezas del repertorio clásico-, recabó unas críticas excelentes por parte de la prensa neoyorquina.
Termen finalmente rompió su largo silencio cuando escuchó a Clara en la interpretación radiofónica de la pieza de Ravel Kaddisch, acompañada por la Alfred Wallenstein Symphonietta. El teléfono de Clara sonó y le dijo en ruso "tocas como un ángel". Termen finalmente se había hecho a la idea de su matrimonio con Robert Rockmore. Quería demasiado a Clara como para perder incluso su amistad.
El 14 de agosto de 1937 en un concierto en el Robin Hood Dell con la Philadelphia Orchestra, Termen fue testigo junto a una audiencia de 4.500 espectadores, del más ambicioso concierto de Clara hasta la fecha: la interpretación de Schelomo de Ernest Bloch en su RCA Theremin, una pieza originalmente compuesta para chelo y orquesta, en donde el theremin substituía íntegramente la parte de violonchelo. El Philadelphia Evening Bulletin la nombró "gran virtuosa del instrumento" y concluyó que "una de las mayores metas conseguidas por la señora Rockmore ha sido la casi total eliminación del glissando", aspecto éste que resultaba molesto a muchos oyentes.
Clara había alcanzado los límites del theremin de RCA, pero su técnica era capaz de mucho más, y ya demandaba un instrumento con mayor capacidad de respuesta. A pesar de las reticencias iniciales, y según el requerimiento de Clara, Termen comenzó el diseño de un instrumento hecho a la medida del potencial real de su técnica. Ella demandaba un control más rápido sobre el volumen y también aumentar el rango de octavas, de tres a cinco en el mismo espacio, con lo cual convertiría al theremin en un instrumento mucho más flexible y perfectamente capaz de interpretar con él pasajes musicales mucho más rápidos con mayor precisión.
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