Synth Britannia, otro excelente documental de la BBC. |
Los protagonistas de esta historia probablemente eran todavía demasiado jóvenes como para fijarse en la música y los efectos sonoros de aquellos relatos de ciencia ficción. No obstante, los sueños del futuro de toda una generación se concretaron a principios de los años 70 cuando escucharon música electrónica de un modo consciente a través de la banda sonora de A Clockwork Orange (Stanley Kubrick, 1971), por obra de Wendy Carlos, en un film que presentaba una Gran Bretaña de un futuro hipotético que se parecía demasiado a su vida cotidiana.
Una realidad política ultraconservadora materializada en el desmantelamiento de parte del tejido industrial y el consiguiente aumento del desempleo, estaba transformando la fisonomía de un país, en el que comenzaban a proliferar los conflictos sociales y una fractura cada vez más profunda entre ricos y pobres. Por su parte, las ciudades británicas, cada vez más deshumanizadas por una arquitectura atroz, no se diferenciaban de las que proponían autores como George Orwell, Anthony Burgess o J.G. Ballard en sus visiones distópicas del futuro. No era el mundo finisecular, próspero y feliz que podía haber sido. La juventud tenía ansias de rebelarse contra ese guión ya escrito y la música podía ser una forma de canalizar ese descontento.
Las hordas alemanas del 'krautrock', que conquistaban las ondas de radio del Reino Unido en 1974/75 le mostraron a esa juventud británica una nueva forma de concebir la música mediante el uso de instrumentos electrónicos. La influencia determinante de Kraftwerk con su concepto, su estética y su distintivo sonido, determinó el cambio que llevaron a cabo muchos grupos desde una música basada en las guitarras a otra centrada en los sintetizadores.
No obstante, todavía era pronto, el punk acababa de asestarle el tiro de gracia al 'establishment' y reinaba soberano en las listas de ventas con sus guitarras crudas, sus baterías aceleradas y sus letras virulentas. No sería hasta 1977/78 cuando los sintetizadores comenzarían a tener precios asequibles y se produciría una eclosión entre los jóvenes músicos del Reino Unido por experimentar con nuevos sonidos. La filosofía del punk, que proclamaba implícitamente la doctrina del 'do it yourself' evidenciada en que cualquiera podía ser músico, propiciaron la aparición de decenas de grupos con unas inquietudes similares que utilizaron la actitud punk en el contexto de la música electrónica.
Bajo estas premisas se desarrolla el documental de la BBC, Synth Britannia, que relata la historia del techno-pop británico condensada en noventa minutos. Estrenado el 16 de octubre de 2009 en el cuarto canal del ente de radiotelevisión público del Reino Unido, el programa está realizado por el mismo equipo de documentalistas, dirigido por Ben Whalley, que produciría Krautrock: The Rebirth Of Germany unos meses más tarde.
Vince Clarke, personaje clave del synth-pop británico. |
Synth Britannia se erige como un proyecto ambicioso que pretende retratar los orígenes del 'synth-pop' a finales de los años 70 hasta su éxito en los 80, contado de viva voz por sus principales protagonistas. La lista de los participantes en este especial de televisión sólo puede calificarse de impresionante: Daniel Miller, Phil Oakey, Richard H. Kirk, Andy McCluskey, Vince Clarke, Bernard Sumner, John Foxx, Gary Numan, Martin Gore, Midge Ure, Martyn Ware o Chris Carter y Cosey Fanni Tutti de Throbbing Gristle, son sólo algunos de los artistas que cuentan las circunstancias que les llevaron a crear el sonido de toda una era. También se incluyen comentarios de personajes ajenos a la escena, como es el caso del exmiembro de Kraftwerk Wolfgang Flür y del periodista musical Simon Reynolds.
El documental se divide en dos partes. La primera titulada "Alienated Synthesists" (Sintesistas alienados), trata en primer lugar sobre las influencias ineludibles de los diferentes grupos y artistas durante la década de los 70, entre las que están presentes la ciencia ficción, la música de Wendy Carlos, Kraftwerk y la música electrónica alemana, y en el caso de The Human League, la de la música disco de Giorgio Moroder. Además se lleva a cabo un repaso superficial a las problemáticas sociales que dieron pie a la aparición de esa primera generación techno.
No obstante, hablar de un movimiento refiriéndonos al techno-pop británico sería faltar a la verdad, dado que tal y como explica Andy McCluskey de OMD, se trataba de pequeños grupos repartidos por todo el país, que no gravitaban alrededor de ningún club o ciudad concreta y generalmente no tenían conocimiento los unos de los otros, aunque todos se habían formado escuchando el mismo tipo de música.
En este sentido, las sensibilidades estéticas de cada grupo estaban claramente definidas. Mientras una serie de músicos experimentaban con el sonido industrial, como era el caso de Throbbing Gristle en Londres, otros como John Foxx también en la capital o los propios OMD en Liverpool denotaban unas intenciones más pop. En este sentido, Synth Britannia intenta mostrar claramente que el 'synth-pop' se produjo al mismo tiempo en diferentes ciudades del Reino Unido.
Tanto es así que la escena musical de la ciudad industrial de Sheffield fue una de las más particularmente activas dentro del sonido sintético británico, a la vez que una de las más cohesionadas. De esa urbe salieron Cabaret Voltaire y Clock DVA, estos últimos no mencionados en el documental, dentro de la vertiente industrial de la música electrónica y The Human League y Heaven 17 con su pop electrónico para la metrópolis moderna. Un retrato más pormenorizado de la escena post-punk de Sheffield se encuentra reflejado en el documental Made In Sheffield (Eve Wood, 2001).
Desde el punto tecnológico, tal y como vemos en el documental, es curioso constatar el hecho de que el sonido del primer techno-pop británico se forjaría en base a los sonidos extraídos de sintetizadores baratos japoneses, como los Korg MiniKorg 700s y el Korg Micro-Preset, aparatos que en aquella época no estaban bien considerados entre los músicos profesionales, por sus escasas características y un sonido bastante pobre frente a sus competidores estadounidenses de Moog, ARP, Oberheim o Sequential Circuits. No obstante, esas limitaciones sonoras fueron las que dotaron al 'synth-pop' de una seña de identidad diferenciada. Tampoco deja de llamar la atención que a principios de los 80 los primeros y prohibitivos muestreadores comerciales como el Fairlight CMI, el E-mu Emulator o el NED Synclavier fueran utilizados por los artistas de más éxito como Vince Clarke, The Human League, Heaven 17 o Depeche Mode, y que con su uso también contribuyeran a definir el sonido techno-pop en los años 80.
A pesar de los infructuosos intentos de la nueva hornada de músicos electrónicos británicos de alcanzar el éxito, la década de los 70 se cerraría sin embargo con dos acontecimientos esperanzadores respecto al futuro que estaba por venir. Por un lado, la fundación en 1979 del primer sello independiente de música electrónica del Reino Unido, Mute Records, creado por Daniel Miller, que abriría las puertas a la publicación de multitud de grupos, entre ellos Fad Gadget, y ya en los años 80 se añadirían los diferentes proyectos de Vince Clarke así como sus excompañeros de Depeche Mode, y decenas de artistas más, convirtiéndose desde entonces en una discográfica de referencia en el mundo de la música electrónica.
El segundo hecho reseñable en el panorama musical de 1979 fue la aparición de un sujeto cuyo aspecto extremadamente pálido y su extraña indumentaria parecía indicar que provenía de algún planeta a varios centenares de años luz, cosa que no le impediría cosechar un inesperado éxito de ventas en el Reino Unido con su grupo Tubeway Army y sus hits "Are 'Friends' Electric?" y sobre todo "Cars" ya en solitario. Aunque Gary Numan era originario del no tan lejano barrio londinense de Hammersmith, nadie había oído hablar de él. Sin embargo se las había ingeniado para aglutinar las influencias líricas de las distopías de ciencia ficción con los sonidos sintéticos, y alzar por vez primera al techno-pop a la primera línea de la popularidad con sendos número 1 en las listas británicas de singles y álbumes.
La formación de Depeche Mode entre 1982 y 1995. De izq. a dcha. Martin Gore, Dave Gahan, Andy Fletcher y Alan Wilder. |
Tras el éxito de Numan, el sintetizador se convertiría en el instrumento por antonomasia de los años 80. No obstante, la nueva década se iba a demostrar más heterogénea. Los éxitos de Visage con "Fade To Grey", y de Ultravox con "Vienna" ambos a comienzos de 1981 ponen de relieve la permeabilidad existente entre diversas corrientes musicales, en un tiempo en el que los sintetizadores comenzaban a utilizarse de un modo generalizado más allá del techno-pop. Visage era un grupo eminentemente electrónico, pero se consideraban abanderados del movimiento de los 'New Romantics', al igual que Ultravox, que aunque menos electrónicos, sus vinculaciones estéticas y conceptuales estaban más próximas a los postulados de los Nuevos Románticos. En el otro lado del espectro sonoro, músicos como Gary Numan o John Foxx, se acercaron en ocasiones al sonido y la estética 'New Romantic'.
Ciertamente los tiempos habían cambiado y el idealismo había dado paso a la cultura del éxito y del enriquecimiento rápido. Esto se trasladó al incipiente techno-pop, en el que los músicos vieron claro que si querían triunfar deberían dejar atrás su experimentación post-punk en detrimento de senderos musicales más comerciales, como sucedió con The Human League o Heaven 17. Tanto es así que al primer techno-pop más crudo y anárquico le siguió uno más pasional y expresivo por medio de dúos como Soft Cell, Yazoo, Eurythmics y más tarde Pet Shop Boys.
Los años 80 estuvieron también marcados por el uso del sampler, que transformó la forma de crear música, no siendo ya necesario un grupo al uso para presentarse ante el público. Por su parte Depeche Mode cambió su etapa más pop tras la marcha de Vince Clarke, por un sonido más maduro con la llegada de Alan Wilder y las canciones de Martin Gore, que les conduciría a conseguir un éxito planetario, siendo además, el único grupo de los surgidos del 'synth-pop' que lograría triunfar en Estados Unidos.
El documental entra en su recta final con uno de los caminos que se abrirían para la música electrónica de baile con New Order y su éxito "Blue Monday", y concluye muy oportunamente con un fragmento del vídeo de "Together In Electric Dreams", de Phil Oakey y Giorgio Moroder.
Ciertamente, nos encontramos, como es norma de la casa, ante otro gran documental de la BBC, exquisitamente guionizado y realizado, muy completo y que es ya una referencia en su género. El retrato del techno-pop británico es preciso y con los testimonios de primera mano de sus principales actores es insuperable, siendo una delicia su visionado.
Personalmente echo de menos a un personaje importante, aunque tal vez más vinculado al pop como es Thomas Dolby, también al inclasificable grupo Landscape, y por supuesto a otros que abrazaron desde el principio los caminos del pop electrónico como Howard Jones o el dúo Blancmange, que aparecerían algo más tarde. Tampoco se debería hablar del techno-pop británico sin referirse al fenómeno que representó en su momento el dúo The Buggles y sobre todo los iconoclastas The Art Of Noise, aunque definir a estos últimos como 'techno-pop' sería quedarnos cortos, y al fin y al cabo no deja de ser cierto que se trató de proyectos musicales de estudio surgidos de la mente de Trevor Horn y no grupos propiamente dichos.
Si hay algo que reprocharle al documental, desde mi punto de vista estaría el hecho de dedicarle demasiado espacio a Depeche Mode, que si bien fue la banda indiscutiblemente más exitosa de toda la oleada del 'synth-pop', y convertida hoy en día en un grupo fundamental del 'mainstream', tal vez le resta espacio a músicos que se han mantenido más fieles a su sonido, como es el caso de John Foxx. Por otro lado, el escaso tratamiento que se le da a los grupos industriales también es cuestionable, si bien la música industrial es un tema tan extenso que sólo se podría tratar en profundidad en un documental independiente.
Por último, a continuación tenéis el documental completo subtitulado en español.
Imprescindible documental para comprender la historia de la música electrónica en los 80. Lo he visualizado montones de veces desde que lo conseguí.
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones, amigo.
Gracias Stahlfabrik. Sí, es un gran trabajo. Es increíble que nadie hubiera hecho antes algo por el estilo.
ResponderEliminarTambién he visto por encima el que menciono en el texto de Made In Sheffield y es bastante pobre y más disperso, parece hecho por aficionados en comparación con éste.
Lo bueno de los documentales de la BBC es que son lo suficientemente didácticos como para que el público en general los siga sin problemas y sean entretenidos y son a la vez muy cuidadosos con los detalles como para que los que conocemos el percal no detectemos omisiones importantes.
Un abrazo
Pablo/Audionaut
Un documental buenísimo por todo. Por los comentarios (todos jugosos), por el munitaje (que hace que se ciñan a lo que realmente vale la pena, y no hay tiempo para la autocomplacencia) y porque "sintetiza un ambiente embrionario y esencial para el futuro de los sonidos electrónicos.
ResponderEliminarSaludos eléctricos.
Hola Chorbyradio!!! Efectivamente, un gran documental. Si la BBC pusiera a la venta en DVD su catálogo de programas dedicados a la música electrónica, sobre todo los del Radiophonic Workshop, estoy convencido de que se sorprenderían de la cantidad de gente que los compraría. Lo mismo sucedería con Synth Britannia, un especial de TV fantástico, prácticamente perfecto.
ResponderEliminarUn saludo
Pablo/Audionaut
Indudablemente es un documental espectacular. Por poner una pega, se hubiera podido dedicar algo de espacio a los proyectos de Trevor Horn, citar algo a Howard Jones, Thompson Twins o algo más a Pet Shop Boys, que al igual que Erasure, por ser algo posteriores -primeros lps de 1986- aparecen muy poco. Pero es algo menor. Realmente imprescindible documento de un momento culminante en la música británica, con alcance europeo y mundial.
ResponderEliminarGracias por comentar. Estoy de acuerdo con tu punto de vista, aunque claro, este documental se centra en las figuras que lo empezaron todo en el synthpop, por tanto la gente que vino después, como Howard Jones, Thompson Twins etc, ya serían una suerte de herederos más bien adheridos al pop mainstream.
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