The Music Of CSIRAC, la historia del primer ordenador con el que se generó música. |
Tras el enigmático título de esta entrada, se esconden las siglas pertenecientes al nombre del que se considera como el primer ordenador del mundo que se utilizó para generar música, un hito que todavía hoy está poco divulgado entre la comunidad mundial de 'computer music' y es mayormente desconocido por el público en general.
Durante años, ese desconocimiento y una visión sesgada de la historia de la música electrónica tantas veces contada desde la perspectiva estadounidense propició que en la práctica totalidad de la bibliografía existente se reconociera a Max Mathews como el primero que en 1957 creó música con un ordenador. Aunque con todo merecimiento Mathews está considerado como el padre de la 'computer music', gracias a su inmensa labor de investigación y las continuas innovaciones que llevó a cabo a lo largo de más de seis décadas de carrera, lo cierto es que los primeros en generar música a través de un ordenador fueron unos científicos australianos algunos años antes.
CSIRAC fue el primer ordenador de primera generación construido en Australia. Su nombre original era CSIR Mk 1 y fue el cuarto ordenador o "cerebro electrónico", como lo denominaba la prensa de entonces, desarrollado en el mundo con capacidad de almacenamiento de datos. El proyecto fue desarrollado en el seno del CSIR (Council for Scientific and Industrial Research, actualmente CSIRO), a partir de 1947, cuando el físico y matemático británico Trevor Pearcey presentó la idea del prototipo a la división de radiofísica de la institución científica. En un principio los jefes del departamento no estaban muy interesados, pero Pearcey les convenció de que una de las áreas de investigación fuera la de computación electrónica en detrimento de la propagación de radio, como habían previsto inicialmente.
Pearcey presentó a mediados de 1948 el diseño de la arquitectura lógica del ordenador, tras la cual se inició su construcción formando tándem con Maston Beard en labores de ingeniería, y liderando ambos un equipo de científicos e ingenieros que tuvieron listo el prototipo en poco más de un año. El primer programa ejecutado en la máquina, una simple multiplicación de dos números, tuvo lugar en noviembre de 1949.
CSIR Mk 1 no se diferenciaba demasiado de algunos de los primeros ordenadores de la época, como el SSEM y EDSAC británicos o el BINAC estadounidense. Se trataba de ordenadores basados en una arquitectura serial, y con unas memorias de línea de retardo de mercurio para el almacenamiento de datos. El objetivo era conseguir un prototipo que sirviera de base a otro mayor y más potente, por lo que se sacrificó la velocidad en detrimento de la máxima simplicidad posible en el trabajo de ingeniería y de programación, que no obstante permitió el desarrollo de programas complejos con un uso mínimo de memoria.
Con una frecuencia de reloj de 0,001 Mhz y una velocidad de 0,0005 MIPS (500 operaciones/segundo), una memoria de 1536 bytes, una capacidad de disco de 4096 bytes, la utilización de más de 2.000 tubos de vacío que conformaban sus circuitos lógicos, un consumo eléctrico de 30.000 vatios, un peso de siete toneladas y un espacio para albergarlo de al menos 45 metros cuadrados, CSIR Mk 1 hacía honor a aquellos ordenadores de primera generación basados en la tecnología del triodo.
Durante años, ese desconocimiento y una visión sesgada de la historia de la música electrónica tantas veces contada desde la perspectiva estadounidense propició que en la práctica totalidad de la bibliografía existente se reconociera a Max Mathews como el primero que en 1957 creó música con un ordenador. Aunque con todo merecimiento Mathews está considerado como el padre de la 'computer music', gracias a su inmensa labor de investigación y las continuas innovaciones que llevó a cabo a lo largo de más de seis décadas de carrera, lo cierto es que los primeros en generar música a través de un ordenador fueron unos científicos australianos algunos años antes.
CSIRAC fue el primer ordenador de primera generación construido en Australia. Su nombre original era CSIR Mk 1 y fue el cuarto ordenador o "cerebro electrónico", como lo denominaba la prensa de entonces, desarrollado en el mundo con capacidad de almacenamiento de datos. El proyecto fue desarrollado en el seno del CSIR (Council for Scientific and Industrial Research, actualmente CSIRO), a partir de 1947, cuando el físico y matemático británico Trevor Pearcey presentó la idea del prototipo a la división de radiofísica de la institución científica. En un principio los jefes del departamento no estaban muy interesados, pero Pearcey les convenció de que una de las áreas de investigación fuera la de computación electrónica en detrimento de la propagación de radio, como habían previsto inicialmente.
Pearcey presentó a mediados de 1948 el diseño de la arquitectura lógica del ordenador, tras la cual se inició su construcción formando tándem con Maston Beard en labores de ingeniería, y liderando ambos un equipo de científicos e ingenieros que tuvieron listo el prototipo en poco más de un año. El primer programa ejecutado en la máquina, una simple multiplicación de dos números, tuvo lugar en noviembre de 1949.
CSIR Mk 1 no se diferenciaba demasiado de algunos de los primeros ordenadores de la época, como el SSEM y EDSAC británicos o el BINAC estadounidense. Se trataba de ordenadores basados en una arquitectura serial, y con unas memorias de línea de retardo de mercurio para el almacenamiento de datos. El objetivo era conseguir un prototipo que sirviera de base a otro mayor y más potente, por lo que se sacrificó la velocidad en detrimento de la máxima simplicidad posible en el trabajo de ingeniería y de programación, que no obstante permitió el desarrollo de programas complejos con un uso mínimo de memoria.
Con una frecuencia de reloj de 0,001 Mhz y una velocidad de 0,0005 MIPS (500 operaciones/segundo), una memoria de 1536 bytes, una capacidad de disco de 4096 bytes, la utilización de más de 2.000 tubos de vacío que conformaban sus circuitos lógicos, un consumo eléctrico de 30.000 vatios, un peso de siete toneladas y un espacio para albergarlo de al menos 45 metros cuadrados, CSIR Mk 1 hacía honor a aquellos ordenadores de primera generación basados en la tecnología del triodo.