Portada del LP Iceland de Richard Pinhas. |
A comienzos de 1978, el grupo Heldon llevaba seis álbumes a sus espaldas con los que había redefinido el concepto de rock electrónico por medio de un estilo innovador y con personalidad propia que les granjearía el estatus de banda de culto. Sin embargo, la evolución en su sonido hacia la electrónica y la
propia carrera paralela en solitario de su líder e ideólogo Richard Pinhas parecían entrar en colisión.
Por aquel entonces el guitarrista parisino consideró que el grupo había alcanzado su punto máximo de ebullición creativa. Sin duda Heldon había ampliado las fronteras del formato de rock que Pinhas originalmente había divisado para la banda, y dentro de ese terreno de juego poco les quedaba por demostrar sin caer en la autocomplacencia y el cliché.
Ya lo dijo el propio Pinhas en una entrevista concedida a la revista británica Sounds en julio de 1980: "Es mejor fallar intentando algo nuevo que repetir algo. Si repites algo, repites el orden social. Pero si haces algo nuevo, aunque no seas revolucionario, intentas cambiar el orden social. Aunque sea por un milímetro, cometes un acto violento sobre la realidad".
No obstante, y como epílogo a una brillante trayectoria, entre abril y octubre de 1978, Heldon grabaría su séptimo elepé bajo el título nada casual de Stand By en el estudio Davout. Mientras tenían lugar las sesiones de grabación del último álbum del grupo, Richard Pinhas viviría inmerso en un período frenético de proyectos discográficos. Junto a François Auger tomó parte en el álbum Adonia (EGG, 1978), del periodista musical y músico Hervé Picart bajo el pseudónimo de Ose, registrado en junio de ese año en el mítico Studio Barclay, y que muchos consideran un álbum extraoficial de Heldon por las grandes similitudes estilísticas existentes entre ambos.
Previamente, en febrero, Pinhas había grabado en el Studio Davout el single "Telstar"/"Rhizosphère Suite" bajo el alias de T.H.X. y en julio publicaría el single "Séquences"/"Modulation" con el pseudónimo de Richard Dunn. A finales de 1978 participaría como programador de sintetizadores en el álbum Back And In Again (Carrere, 1978), de AR and Clones, nombre que ocultaba a su viejo socio en el sello Disjuncta, el guitarrista Alain Renaud. Para concluir el año y el contrato, la discográfica Cobra lanzaría Chronolyse, el primer álbum de Pinhas en solitario que había quedado archivado durante dos años a la espera del momento oportuno para su publicación.
Por aquel entonces el guitarrista parisino consideró que el grupo había alcanzado su punto máximo de ebullición creativa. Sin duda Heldon había ampliado las fronteras del formato de rock que Pinhas originalmente había divisado para la banda, y dentro de ese terreno de juego poco les quedaba por demostrar sin caer en la autocomplacencia y el cliché.
Ya lo dijo el propio Pinhas en una entrevista concedida a la revista británica Sounds en julio de 1980: "Es mejor fallar intentando algo nuevo que repetir algo. Si repites algo, repites el orden social. Pero si haces algo nuevo, aunque no seas revolucionario, intentas cambiar el orden social. Aunque sea por un milímetro, cometes un acto violento sobre la realidad".
No obstante, y como epílogo a una brillante trayectoria, entre abril y octubre de 1978, Heldon grabaría su séptimo elepé bajo el título nada casual de Stand By en el estudio Davout. Mientras tenían lugar las sesiones de grabación del último álbum del grupo, Richard Pinhas viviría inmerso en un período frenético de proyectos discográficos. Junto a François Auger tomó parte en el álbum Adonia (EGG, 1978), del periodista musical y músico Hervé Picart bajo el pseudónimo de Ose, registrado en junio de ese año en el mítico Studio Barclay, y que muchos consideran un álbum extraoficial de Heldon por las grandes similitudes estilísticas existentes entre ambos.
Previamente, en febrero, Pinhas había grabado en el Studio Davout el single "Telstar"/"Rhizosphère Suite" bajo el alias de T.H.X. y en julio publicaría el single "Séquences"/"Modulation" con el pseudónimo de Richard Dunn. A finales de 1978 participaría como programador de sintetizadores en el álbum Back And In Again (Carrere, 1978), de AR and Clones, nombre que ocultaba a su viejo socio en el sello Disjuncta, el guitarrista Alain Renaud. Para concluir el año y el contrato, la discográfica Cobra lanzaría Chronolyse, el primer álbum de Pinhas en solitario que había quedado archivado durante dos años a la espera del momento oportuno para su publicación.
Por fin, el mes de marzo de 1979 vería la luz Stand By bajo el sello EGG, un álbum acogido con los brazos abiertos por crítica y público, al que seguiría una minigira en Francia durante ese mes, de la que formaría parte el legendario concierto del 19 de marzo en Nancy. No obstante, Heldon como tal ya estaba finiquitado y Richard Pinhas tenía la mente puesta en su siguiente trabajo en solitario.
Richard Pinhas en 1979. |
En esta ocasión Pinhas dejaría de lado sus inquietudes filosóficas y la ciencia ficción literaria para sumergirnos en una travesía sonora por las gélidas latitudes de Islandia y Groenlandia, así como en la representación musical de la mítica isla de Thule. No era para menos teniendo en cuenta que Iceland era el título elegido para el nuevo trabajo discográfico.
La grabación del álbum se realizaría sobre ocho pistas en analógico en los Heldon Studios y los Ramsès Studios en París. Por su parte las mezclas finales fueron completadas por el experimentado ingeniero de sonido Roger Roche en Davout Studios, a excepción de las tres partes del tema "Iceland", que mezcló el propio Richard Pinhas en el estudio Ramsès.
Durante el proceso de grabación de Stand By, Pinhas había comenzado a adquirir los primeros módulos de un sistema E-mu Modular, equipo que le llevaría dos años completar según sus requerimientos y que por consiguiente no podría utilizar durante la grabación de dicho álbum y tampoco de Iceland, por lo que se serviría de la misma instrumentación del último elepé de Heldon; el viejo Moog IIIP más el Moog Sequencer, inseparables compañeros de viaje desde su primera aventura en solitario en Chronolyse (1976/1978), los había vendido un año antes debido a la inestabilidad de sus osciladores, para sustituirlos por una configuración dual con el modelo Moog System 55 y el Moog System 15, más fiables. A estos se añadió el Moog Polymoog, que tendría un papel estelar en la grabación, y un vocoder EMS 2000, a través del cual se procesarían las voces, y por último su vieja guitarra eléctrica Gibson Les Paul.
La cara A de Iceland se abre con "Iceland (Part 1)", la primera de las tres piezas que dan título al álbum y que forman una especie de mini-suite. En este caso nos encontramos ante un breve tema introductorio presidido por unos acordes solemnes ejecutados con un timbre glacial del Moog Polymoog que se repiten durante todo su desarrollo.
Con un inicio percusivo secuenciado en el que se intercala un sonido similar al de un sónar que va adquiriendo más presencia, nos adentramos en "Iceland (Part 2)". En un segundo plano van creciendo unos largos acordes de tono sombrío, a los que se le van agregando más capas que entretejen un manto sonoro evolutivo mientras la percusión se mantiene impasible a lo largo de los más de nueve minutos y medio del tema.
Junto a los acordes se entremezclan una serie de susurros vocoderizados que van creciendo en intensidad y que terminan por centrar la atención. Durante la escucha nunca sabremos si se trata de murmullos o jadeos humanos, graznidos, bufidos o cualquier otro sonido de origen animal. En este punto es interesante referirse el uso creativo pero sobrio de los efectos vocales a lo largo del álbum, un ejemplo de concreción frente a los excesos que se cometieron en muchas grabaciones de la época con los vocoders. En esta ocasión las voces están sometidas a diversos tratamientos, filtrados y juegos con el campo estéreo y la percusión, pero generadas como un elemento más dentro de la composición, no como un truco efectista.
El tercer tema "The Last Kings Of Thule" rompe con la unidad de la suite "Iceland", que se constituye como otro breve interludio percusivo de aire industrial sobre el que Pinhas dibuja una serie de anárquicos punteos guitarrísticos muy característicos y asimilables a sus influencias 'crimsonianas', que concluye en un final abrupto, como si se acabara de improviso la cinta de grabación.
La cara A del elepé original concluye con "Iceland (Part 3)", que se inicia con un prolongado silencio sobre el que se construye un lentísimo in crescendo de unos acordes heladores de características atonales, que son básicamente los de "Iceland (Part 2)" con una ligera variación e interpretados una octava más alta. Los sonidos se presentan en oleadas, acompañados en un segundo plano por un vocoder sumamente filtrado creando efectos de respiración entrecortada, humana o animal, y que en la parte final de la pieza adquieren mayor protagonismo ante una nueva serie de acordes más agudos, mientras se mantiene un rumor de fondo.
El teclista Jean-Philippe Goude, exmiembro de Weidorje e intérprete del solo de Mini-Moog en el tema "Greenland". |
Con "The Last Kings Of Thule (Part 2)" nos adentramos en la segunda parte del breve tema de la cara A, que presenta el mismo estilo percusivo y sonidos vocoderizados sobre los que sobrevuela la ansiosa guitarra de Pinhas que en esta ocasión se recrea en la técnica de los 'frippertronics' superponiendo varias capas simultáneas de punteos a la vez que suenan unos lejanos efectos. La percusión y los efectos vocales filtrados conducen al final gradual del tema, que podría pasar perfectamente por una pieza de Heldon.
Acto seguido "Short Transition" hace honor a su nombre por medio de un brevísimo interludio rítmico de treinta y cinco segundos, semejante al acelerado tic-tac de un reloj que sirve para dar paso al tema con el que se cierra el álbum y al mismo tiempo el más recordado.
Para "Greenland", pieza dedicada al novelista estadounidense F. Scott Fitzgerald, Pinhas contó con la colaboración del siempre dispuesto François Auger a la batería y la del teclista Jean-Philippe Goude, que se encargaría del solo de Moog Minimoog. A este músico, exmiembro del grupo Weidorje y colaborador más adelante en tres temas de L'Éthique (Pulse Records, 1982), y en la mayoría de DWW (Cuneiform Records, 1992), Pinhas le devolvería el favor participando a los sintetizadores en el tema "Machine" de su álbum Drones (Polydor/Ramses, 1980).
"Greenland" se inicia con una serie de efectos vocales robóticos que dan paso a un simple pero espacioso patrón secuencial con el Moog que se repetirá a lo largo de toda la composición. De fondo se producen delicados tañidos de campanillas mientras los efectos de naturaleza vocal se desarrollan a la vez que van creciendo las armonías, sustentadas sobre múltiples capas de sonidos de cuerdas, y Auger empieza un sutil golpeteo con los platillos primero, para luego enriquecer el conjunto con el bombo y la caja en un segundo plano. Hacia la mitad del tema asume el protagonismo la melancólica pero plácida -al tiempo que futurista-, melodía principal, realizada con el Minimoog por Jean-Philippe Goude, que ya no abandonaría ese lugar hasta el final.
Iceland salió a la venta en Francia en julio de 1979 a través de Ramses, sello propio del estudio de grabación que contó con la distribución de la multinacional Polydor y que durante alrededor de un año sirvió de plataforma para la publicación de varios de los músicos que trabajaron en el mismo, tal es el caso de Jean-Philippe Goude, Georges Grünblatt o el guitarrista Jean-Michel Kajdan.
En Estados Unidos el álbum aparecería en diciembre del mismo año como disco de importación, y en el Reino Unido lo haría a comienzos de 1980 bajo el efímero sello Pulse Records, especializado en música electrónica, del que constituiría además su primera referencia. Esta pequeña compañía también publicaría en territorio británico los álbumes Sequences (1980), y Pictures Of Life (1983), del sintesista francés Didier Bocquet, así como los posteriores elepés de Pinhas, East West (1980), y L'Éthique (1982).
La realización de la portada, que muestra lo que parece ser una fotografía en primer plano de un bloque de hielo, como si de un glaciar se tratara, corrió a cargo de Patrick Jelin, autor de algunas de las mejores portadas en la carrera de Pinhas y Heldon. Por su parte el estudio Laser Trapeze, que previamente había creado los efectos y haces de luz en el trabajo artístico de Interface (Cobra, 1978), y sobre todo en Stand By (EGG, 1979), se encargó de la proyección láser del título del álbum.
La primera edición en CD que llevó a cabo el sello parisino Spalax en 1991 incluía como 'bonus track' el extenso tema "Wintermusic", en una versión de veintidós minutos, que no obstante, en 1992, para la reedición del sello estadounidense Cuneiform Records se presentaría con dos minutos extra hasta alcanzar cerca de los veinticinco minutos de duración.
Richard Pinhas en 1980. |
Si bien "Wintermusic" es una pieza cuatro años posterior al lanzamiento de Iceland, su inclusión en la edición en CD supone todo un acierto. El tema es un retrato invernal en clave minimalista creado al más puro estilo de los 'frippertronics' pero realizado directamente con sintetizadores, por medio de capas sonoras y acordes infinitos que discurren y evolucionan en múltiples planos con la lentitud de un glaciar y que dotan a la composición de una gran densidad armónica. Una pieza que el propio músico definió como "bastante especial" y que nos recuerda la deuda contraída por Pinhas con trabajos como No Pussyfooting (Island Records, 1973), de Robert Fripp y Brian Eno, en especial con el tema "The Heavenly Music Corporation" y por supuesto los 'drones' de compositores minimalistas como Terry Riley o Philip Glass.
Aunque Iceland supuso un innegable triunfo artístico, la acogida que le dispensó el público en su día fue tan gélida como la que sugiere su título. De hecho, el propio Pinhas lo ha citado en diversas ocasiones como uno de sus elepés menos vendidos, pero que sin embargo con el tiempo ha adquirido un cierto estatus de obra de culto entre sus seguidores. La realidad es que a la postre ha sido uno de los álbumes que más beneficios económicos le ha reportado al músico, dado que en el transcurso de los años se ha utilizado con frecuencia en televisión para ilustrar musicalmente informaciones referidas a Islandia, en especial sus habituales erupciones volcánicas, así como reportajes sobre las regiones polares.
No obstante la influencia que tendría Iceland en discos posteriores de Pinhas será bastante perceptible. En su siguiente trabajo, East West (CBS, 1980), incluyó el tema "Keflavik: The Whale Dance", compuesto durante 1979 y que además de presentar la misma instrumentación, se puede equiparar en estilo a la electrónica fría de Iceland. También se encuentran trazas en el álbum DWW (Cuneiform Records, 1992), integrado por temas que provienen de sesiones realizadas en 1983-84, en las piezas "1992: Iceland: Intro", "1992: Iceland: The Fall" y "Iceland: The Fall: Coda", que tienen un tono más dramático pero el mismo corazón de hielo.
Con Iceland Richard Pinhas acometió una música más panorámica y perfeccionista respecto a la que había presidido Chronolyse y Rhizosphère. Mientras sus dos primeros álbumes en solitario mostraban a un Pinhas trabajando en bruto, prácticamente grabando improvisaciones en vivo o el resultado de experimentaciones más o menos estructuradas, en Iceland por el contrario se pone el acento en la producción, los sonidos, los detalles, que subrayan el progreso tecnológico del músico y su dominio de todos los resortes del estudio de grabación, configurando con ello un álbum mucho más compacto en este sentido que los anteriores.
Desde una óptica meramente musical Iceland presenta una tendencia hacia la introspección y las atmósferas, a la vez que a la evocación paisajista pero sin caer en ningún momento en tópicos sonoros, sino que Richard Pinhas nos adentra en su visión personal para que después cada oyente extraiga la banda sonora de su propia película imaginaria.
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