My Fascinating Instrument (1990), el álbum que dio a conocer a Oskar Sala a una nueva generación de oyentes. |
Entre finales de los 80 y la década de los 90 la industria discográfica viviría una época dorada con la popularización masiva del disco compacto. Desarrollado por las multinacionales Philips y Sony durante la segunda mitad de los años 70 y presentado en 1980, el CD supondría el inicio de la revolución del audio digital doméstico. Tanto es así que el éxito del formato reduciría al disco de vinilo y al cassette -los anteriores estándares del mercado-, a su mínima expresión, dando inicio a un negocio multimillonario.
Tanto las últimas novedades del mercado musical como las reediciones de los vastos fondos de catálogo de las grandes multinacionales verían nuevas ediciones en el nuevo estándar. Por lo general, todos aquellos artistas que habían cosechado éxitos y álbumes superventas en años y décadas anteriores, en especial dentro de la música popular, disfrutarían de rápidas y completas reediciones de sus obras. Otros, los menos conocidos y afortunados, tardarían años en ver publicado alguno de sus trabajos en el nuevo estándar, y muchos, jamás llegarían a despertar el interés de ninguna discográfica.
Lo cierto es que el proceso de concentración del mercado musical en manos de unas pocas compañías, así como la progresiva homogeneización de los catálogos de éstas en torno a unas fórmulas preestablecidas que relegaron a los productos menos rentables, se haría más patente que nunca en los años 90. Así, para dar salida a estilos musicales minoritarios proliferarían infinidad de pequeños sellos independientes, que no sólo serían responsables del descubrimiento de nuevos talentos, sino también los encargados de la recuperación de artistas olvidados.
En lo que respecta a la música electrónica, la aparición de multitud de estos pequeños sellos independientes y especializados propiciaría una época pródiga en resurrecciones musicales en la que se rescatarían del olvido grabaciones históricas de un buen número de pioneros, a menudo piezas de auténtica arqueología sonora.
En 1989 el sello Small Planet Records reeditaba en CD, tras más de una década desde su primera edición limitada en elepé, la banda sonora del clásico del cine de ciencia ficción, Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956), que volvería a atraer la atención hacia el papel crucial de Louis y Bebe Barron como precursores del diseño sonoro y la música electrónica en el séptimo arte.
Casi al final de su periplo vital Lev Termen, recibiría el reconocimiento a una vida de película gracias al documental Theremin: An Electronic Odyssey (Steve M. Martin, 1994). Su musa y primera diva del theremin, Clara Rockmore, olvidada durante lustros, vería cómo gracias a su papel estelar en el film, suscitaba un renovado interés y veneración entre centenares de thereministas de todo el mundo, tras décadas de infatigable trabajo promocionando el instrumento. Con el éxito del film de Martin, su LP The Art Of The Theremin (Delos, 1977), reeditado en CD en 1987, volvería a convertirse en una referencia ineludible para todo estudiante que se precie de la técnica del theremin.
El gran Raymond Scott fue un ejemplo de músico con alma de ingeniero. Scott fallecería en 1994, pero tan sólo tres años más tarde se reeditaría en disco compacto su trilogía de proto-ambient de 1964 Soothing Sounds For Baby (Basta, 1997), que sería la antesala de la magna antología Manhattan Research Inc. (Basta, 2000), sobre su obra electrónica para el mundo televisivo en los años 50 y 60. Otro músico olvidado tras casi veinte años, el francés Jean-Jacques Perrey, precursor del pop electrónico, resurgiría en 1997 reivindicado por las nuevas generaciones encarnadas por artistas como AIR o Luke Vibert, gracias a su célebre tema "E.V.A.".
Tampoco hay que olvidar la recuperación de los "Electrosonics" holandeses Tom Dissevelt y Dick Raaijmakers (bajo el alias de Kid Baltan), que sin duda marcarían un hito en la música electrónica popular con sus grabaciones realizadas entre 1957 y 1961 en el NatLab de la multinacional Philips en Eindhoven, y que serían puestas de relieve en el seminal elepé Song Of The Second Moon (1962/1968), que verían la luz en CD en el monumental sampler Popular Electronics: Early Dutch Electronic Music From Philips Research Laboratories (1956 - 1963) (Basta, 2004).
También sería un tiempo para el descubrimiento de pioneros que habían realizado importantes aportaciones técnicas y musicales alejadas de la ortodoxia. En 1999 se reeditaría en disco compacto Compositions Demonstrations 1946-1974 dedicado a la obra del insigne pionero canadiense Hugh Le Caine, a la vez que se publicaba una extensa biografía sobre su vida y obra. Unos años más tarde el artista multidisciplinar finlandés Erkki Kurenniemi también sería objeto de reconocimiento mediante la antología Äänityksiä / Recordings 1963-1973 (Love Records, 2002), y el film Future Is Not What It Used To Be (Mika Taanila, 2002).
Más adelante, ya en la primera década del siglo XXI vendría la recuperación de otras grandes figuras de la vertiente popular del sonido electrónico como Daphne Oram, Delia Derbyshire (y en general todo el trabajo del BBC Radiophonic Workshop), así como el legado de otros artistas olvidados como el canadiense Bruce Haack, o genios desconocidos como el austriaco Max Brand.
Pero rebobinemos hasta 1990. En aquel año, otro pionero que había pasado casi a hurtadillas por la "historia oficial" de la música electrónica, a pesar de haber realizado significativas aportaciones técnicas y musicales, iniciaba con ochenta años su segunda juventud publicando su primera referencia discográfica en CD. Su nombre, Oskar Sala.
Tanto las últimas novedades del mercado musical como las reediciones de los vastos fondos de catálogo de las grandes multinacionales verían nuevas ediciones en el nuevo estándar. Por lo general, todos aquellos artistas que habían cosechado éxitos y álbumes superventas en años y décadas anteriores, en especial dentro de la música popular, disfrutarían de rápidas y completas reediciones de sus obras. Otros, los menos conocidos y afortunados, tardarían años en ver publicado alguno de sus trabajos en el nuevo estándar, y muchos, jamás llegarían a despertar el interés de ninguna discográfica.
Lo cierto es que el proceso de concentración del mercado musical en manos de unas pocas compañías, así como la progresiva homogeneización de los catálogos de éstas en torno a unas fórmulas preestablecidas que relegaron a los productos menos rentables, se haría más patente que nunca en los años 90. Así, para dar salida a estilos musicales minoritarios proliferarían infinidad de pequeños sellos independientes, que no sólo serían responsables del descubrimiento de nuevos talentos, sino también los encargados de la recuperación de artistas olvidados.
En lo que respecta a la música electrónica, la aparición de multitud de estos pequeños sellos independientes y especializados propiciaría una época pródiga en resurrecciones musicales en la que se rescatarían del olvido grabaciones históricas de un buen número de pioneros, a menudo piezas de auténtica arqueología sonora.
En 1989 el sello Small Planet Records reeditaba en CD, tras más de una década desde su primera edición limitada en elepé, la banda sonora del clásico del cine de ciencia ficción, Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956), que volvería a atraer la atención hacia el papel crucial de Louis y Bebe Barron como precursores del diseño sonoro y la música electrónica en el séptimo arte.
Casi al final de su periplo vital Lev Termen, recibiría el reconocimiento a una vida de película gracias al documental Theremin: An Electronic Odyssey (Steve M. Martin, 1994). Su musa y primera diva del theremin, Clara Rockmore, olvidada durante lustros, vería cómo gracias a su papel estelar en el film, suscitaba un renovado interés y veneración entre centenares de thereministas de todo el mundo, tras décadas de infatigable trabajo promocionando el instrumento. Con el éxito del film de Martin, su LP The Art Of The Theremin (Delos, 1977), reeditado en CD en 1987, volvería a convertirse en una referencia ineludible para todo estudiante que se precie de la técnica del theremin.
El gran Raymond Scott fue un ejemplo de músico con alma de ingeniero. Scott fallecería en 1994, pero tan sólo tres años más tarde se reeditaría en disco compacto su trilogía de proto-ambient de 1964 Soothing Sounds For Baby (Basta, 1997), que sería la antesala de la magna antología Manhattan Research Inc. (Basta, 2000), sobre su obra electrónica para el mundo televisivo en los años 50 y 60. Otro músico olvidado tras casi veinte años, el francés Jean-Jacques Perrey, precursor del pop electrónico, resurgiría en 1997 reivindicado por las nuevas generaciones encarnadas por artistas como AIR o Luke Vibert, gracias a su célebre tema "E.V.A.".
Tampoco hay que olvidar la recuperación de los "Electrosonics" holandeses Tom Dissevelt y Dick Raaijmakers (bajo el alias de Kid Baltan), que sin duda marcarían un hito en la música electrónica popular con sus grabaciones realizadas entre 1957 y 1961 en el NatLab de la multinacional Philips en Eindhoven, y que serían puestas de relieve en el seminal elepé Song Of The Second Moon (1962/1968), que verían la luz en CD en el monumental sampler Popular Electronics: Early Dutch Electronic Music From Philips Research Laboratories (1956 - 1963) (Basta, 2004).
También sería un tiempo para el descubrimiento de pioneros que habían realizado importantes aportaciones técnicas y musicales alejadas de la ortodoxia. En 1999 se reeditaría en disco compacto Compositions Demonstrations 1946-1974 dedicado a la obra del insigne pionero canadiense Hugh Le Caine, a la vez que se publicaba una extensa biografía sobre su vida y obra. Unos años más tarde el artista multidisciplinar finlandés Erkki Kurenniemi también sería objeto de reconocimiento mediante la antología Äänityksiä / Recordings 1963-1973 (Love Records, 2002), y el film Future Is Not What It Used To Be (Mika Taanila, 2002).
Más adelante, ya en la primera década del siglo XXI vendría la recuperación de otras grandes figuras de la vertiente popular del sonido electrónico como Daphne Oram, Delia Derbyshire (y en general todo el trabajo del BBC Radiophonic Workshop), así como el legado de otros artistas olvidados como el canadiense Bruce Haack, o genios desconocidos como el austriaco Max Brand.
Pero rebobinemos hasta 1990. En aquel año, otro pionero que había pasado casi a hurtadillas por la "historia oficial" de la música electrónica, a pesar de haber realizado significativas aportaciones técnicas y musicales, iniciaba con ochenta años su segunda juventud publicando su primera referencia discográfica en CD. Su nombre, Oskar Sala.
Oskar Sala con el Mixturtrautonium en su estudio de la Avenida Heerstraße de Berlín en 1993. Foto: Birgit Hoffman/trautonium.de. |
El Mixturtrautonium de válvulas que había sido su compañero infatigable desde el ya lejano año 1952 no era ya un instrumento mínimamente fiable y a duras penas estaba a la altura del nivel de exigencia de un músico virtuoso de su calibre. Como otras veces en el pasado, el azar llamaría a la puerta de Oskar Sala una vez más.
A raíz de una ponencia ofrecida por Sala en 1980 presentando su obra y su instrumento, los profesores Dipl. Ing. Hans Jörg Borowicz, Dr. Dietmar Rudolph y Dr. Helmut Zahn de la Fachhochschule der Deutschen Bundespost Berlin (actual Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín), fascinados por las posibilidades del Trautonium le propusieron al músico la construcción de una réplica mejorada y transistorizada de su Mixturtrautonium de 1952.
Bajo la supervisión del propio Sala y de los profesores Borowicz, Rudolph y Zahn, los estudiantes de electrónica de la facultad berlinesa construyeron para el músico un nuevo Mixturtrautonium transistorizado que incluía todos los refinamientos técnicos presentes en el instrumento de comienzos de los años 50, incluso ampliando su capacidad sonora, con un mayor rango tonal de veinticuatro subarmónicos, una unidad de percusión electrónica integrada y unos controles manuales y pedaleras sumamente precisos y aptos para una ejecución virtuosa, entre otras mejoras y aditamentos.
Para dar rienda suelta a su creatividad, a finales de los años 80 Sala adquirió un pequeño chalet en la Avenida Heerstraße del barrio de Charlottenburg de Berlín donde de un modo paulatino comenzó a trasladar su material de estudio y archivos desde las antiguas dependencias de Mars-Film en Ruhleben. El nuevo epicentro de su actividad musical estaría completamente operativo en la primavera de 1989.
A pesar del cambio de ubicación, el equipo de estudio de Oskar Sala, aparte del nuevo Mixturtrautonium como elemento central, no presentó alteraciones significativas, como tampoco lo había hecho de manera drástica a lo largo de los años.
Con tres décadas a sus espaldas las grabadoras Telefunken M-5A y M-5B todavía jugaban un papel importante en su trabajo. No obstante, se habían añadido varios aparatos para facilitar las tareas de mezcla y efectos. El estudio contaba ahora con dos módulos de reverberación digital Vesta Fire RVD-901, un Ibanez Harmonics/Delay HD1000 y dos unidades de delay digital Ibanez DMD2000.
Capítulo aparte en el terreno de los efectos merece su inseparable 'frequenzumsetzer' o desplazador de frecuencia, dispositivo del que existían varios precedentes. El primero, un prototipo fabricado en 1955 por la corporación Siemens para sus legendarios laboratorios de música electrónica de Múnich. A éste le seguiría unos años más tarde el reputado Bode Frequency Shifter (1964), desarrollado por el ingeniero Harald Bode y licenciado por Moog para sus sistemas modulares en 1966. Un año antes, en 1965 Oskar Sala adquiriría, previo encargo al fabricante de instrumentos de precisión Kamphausen, su propio aparato de similares características.
En el campo de la mezcla Sala había situado a la izquierda de su Trautonium una mesa analógica de dieciséis canales Roland M-160 sin amplificación (tiempo después la sustituiría por un modelo Soundcraft Spirit más moderno), tarea de la que se encargaba un amplificador Camco LA 401, mientras que los vetustos altavoces que Telefunken le había suministrado en los años 40 los había sustituido por dos monitores de estudio Electro-Voice Sentry 500.
Capítulo aparte en el terreno de los efectos merece su inseparable 'frequenzumsetzer' o desplazador de frecuencia, dispositivo del que existían varios precedentes. El primero, un prototipo fabricado en 1955 por la corporación Siemens para sus legendarios laboratorios de música electrónica de Múnich. A éste le seguiría unos años más tarde el reputado Bode Frequency Shifter (1964), desarrollado por el ingeniero Harald Bode y licenciado por Moog para sus sistemas modulares en 1966. Un año antes, en 1965 Oskar Sala adquiriría, previo encargo al fabricante de instrumentos de precisión Kamphausen, su propio aparato de similares características.
En el campo de la mezcla Sala había situado a la izquierda de su Trautonium una mesa analógica de dieciséis canales Roland M-160 sin amplificación (tiempo después la sustituiría por un modelo Soundcraft Spirit más moderno), tarea de la que se encargaba un amplificador Camco LA 401, mientras que los vetustos altavoces que Telefunken le había suministrado en los años 40 los había sustituido por dos monitores de estudio Electro-Voice Sentry 500.
En 1990 Oskar Sala celebraba su octogésimo aniversario y coincidiendo con la efeméride, Ulrich Rützel, propietario del sello de música electrónica Erdenklang, le propuso a Sala la publicación de un nuevo álbum con el Mixturtrautonium en el que se recuperaran piezas de todo el devenir histórico del instrumento y que en cierto modo volvieran a revalorizar su trayectoria como compositor, tantas veces minimizada.
El bagaje musical de Rützel era amplio y venía de lejos. Vinculado desde finales de los años 60 como pianista a diversos grupos de jazz, en 1972 asumiría el cargo de jefe de producto de BASF Musikproduction que por medio de su subsello Pilz publicaría algunos de los álbumes más emblemáticos del 'krautrock'. Hacia mitad de la década supervisaría para la multinacional Phonogram subsellos como Charisma o 20th Century y ejercería funciones de productor de diversos artistas de jazz.
Su desempeño como productor le haría entrar en contacto con el grupo austriaco de rock sinfónico Eela Craig, a los que les coproduciría los álbumes One Niter (1976), Hats Of Glass (1978), y Missa Universalis (1978). Precisamente el éxito de la presentación de este último elepé en el Brucknerfest de Linz, así como el interés compartido con el líder de la banda, Hubert Bognermayr, por las nuevas formas de arte digital en el marco de la sociedad tecnológica contemporánea, les llevaría a fundar en 1979 (junto a Hannes Leopoldseder y Herbert W. Franke), el festival ARS Electronica, cuya primera edición se celebraría en septiembre de ese mismo año en la propia ciudad austriaca.
La estrecha relación de Rützel con Oskar Sala se remonta a esa época, en la que el músico de Greiz sería invitado a tomar parte en la edición de 1980 del festival en la que impartió una conferencia bajo el provocador título de "Aufbruch der Musik in die Elektronik" (El origen de la música en la electrónica).
En octubre de 1981 Ulrich Rützel fundaría el sello Erdenklang, cuyo lema era "The record label for computer-acoustic music", una discográfica radicada primero en Hamburgo y más tarde en Eslohe, con un planteamiento ecléctico que daría lugar a un catálogo de música electrónica muy heterogéneo que abarcaba desde la new age o el ambient, al trance o las fusiones electro-tribales, y en el que abundaban artistas centroeuropeos y muy especialmente algunos de los primeros músicos electrónicos de países del bloque socialista que se daban a conocer en occidente.
Sin duda la singularidad de un artista como Oskar Sala no pasaría desapercibida en un sello de estas características. El papel de Rützel, como editor, sería el de trabajar conjuntamente con Sala seleccionando el material, tanto nuevo como de archivo, para éste y sucesivos proyectos discográficos. Con estos antecedentes se constituye My Fascinating Instrument, el primer álbum con nuevas composiciones para Trautonium desde Elektronische Impressionen (Telefunken, 1979).
Su desempeño como productor le haría entrar en contacto con el grupo austriaco de rock sinfónico Eela Craig, a los que les coproduciría los álbumes One Niter (1976), Hats Of Glass (1978), y Missa Universalis (1978). Precisamente el éxito de la presentación de este último elepé en el Brucknerfest de Linz, así como el interés compartido con el líder de la banda, Hubert Bognermayr, por las nuevas formas de arte digital en el marco de la sociedad tecnológica contemporánea, les llevaría a fundar en 1979 (junto a Hannes Leopoldseder y Herbert W. Franke), el festival ARS Electronica, cuya primera edición se celebraría en septiembre de ese mismo año en la propia ciudad austriaca.
La estrecha relación de Rützel con Oskar Sala se remonta a esa época, en la que el músico de Greiz sería invitado a tomar parte en la edición de 1980 del festival en la que impartió una conferencia bajo el provocador título de "Aufbruch der Musik in die Elektronik" (El origen de la música en la electrónica).
En octubre de 1981 Ulrich Rützel fundaría el sello Erdenklang, cuyo lema era "The record label for computer-acoustic music", una discográfica radicada primero en Hamburgo y más tarde en Eslohe, con un planteamiento ecléctico que daría lugar a un catálogo de música electrónica muy heterogéneo que abarcaba desde la new age o el ambient, al trance o las fusiones electro-tribales, y en el que abundaban artistas centroeuropeos y muy especialmente algunos de los primeros músicos electrónicos de países del bloque socialista que se daban a conocer en occidente.
Sin duda la singularidad de un artista como Oskar Sala no pasaría desapercibida en un sello de estas características. El papel de Rützel, como editor, sería el de trabajar conjuntamente con Sala seleccionando el material, tanto nuevo como de archivo, para éste y sucesivos proyectos discográficos. Con estos antecedentes se constituye My Fascinating Instrument, el primer álbum con nuevas composiciones para Trautonium desde Elektronische Impressionen (Telefunken, 1979).
Primer plano del control manual del Mixturtrautonium de Oskar Sala. Foto: Birgit Hoffman/trautonium.de. |
En el primer segmento, "Demonstration", Sala pone de relieve el amplio espectro tonal y la versatilidad interpretativa de la que es capaz con el Mixturtrautonium. Los resultados son especialmente brillantes gracias al uso del 'frequency shifter', del que el músico realiza un uso intensivo a lo largo de todo el álbum, y que le da esa cualidad extra tan irreal al sonido del instrumento, creando complejas estructuras sonoras que se mueven en la difusa frontera entre la armonía y el caos.
La pieza, cercana a los nueve minutos de duración, se inicia con unos sombríos tonos subarmónicos que dan paso a una melodía sinuosa, repleta de arpegios y cambios en los timbres. En un constante vaivén, Sala con el Mixturtrautonium crea sonidos equiparables a una combinación entre un violín y un violonchelo fusionados a distintos instrumentos de viento-madera (clarinete, flautín, oboe...), mientras en otros fragmentos de la demostración transforma su instrumento en una suerte de órgano de tubos. Sala también pone de relieve sonidos de naturaleza percusiva que retoman el motivo melódico principal, así como efectos de sonido de carácter abrasivo. En otros momentos incluye sonidos de tesitura vocal con abundancia de efectos de 'delay' y reverberación, que precisamente fueron los que más llamaron la atención, por su novedad, en el trautonium primigenio a comienzos de los años 30.
La segunda parte, "Skala Nuova" debe su nombre a la escala subarmónica que usa Sala en el manual superior del Mixturtrautonium. La pieza ahonda en el tono sinuoso con predominio de arpegios de "Demonstration", con el añadido del portamento, y de nuevo aderezada por notas de naturaleza percusiva producidas con el auxilio de los generadores de envolvente del instrumento. Por último, la tercera sección, "Farbmelodie", vuelve a recuperar el motivo musical del primer segmento, con la abundancia de arpegios, pero cambiando sobremanera la tímbrica, que en esta ocasión se sustenta en sonidos más densos arropados por lujuriantes trazos solistas.
A continuación el álbum incluye una serie de piezas compuestas y grabadas entre 1986 y 1990. La primera de ellas es "Rede Des Toten Christus Vom Weltgebäude Herab, Dass Kein Gott Sei" (Discurso de Cristo muerto desde lo alto del edificio del mundo: no hay Dios), de 1986. Originalmente se trata de una composición en la que estuvo trabajando Sala en el año 1966, con el Mixturtrautonium poniendo marco sonoro a la voz del actor Friedrich Schoenfelder mientras recita un texto del director de orquesta Hermann Scherchen basado en la célebre y controvertida fantasía onírica del mismo título escrita por el novelista romántico alemán Jean Paul Richter. La obra original planteaba por un lado la muerte del Dios cristiano, padre universal y creador del mundo, y por consiguiente la inexistencia de un orden divino o natural que regule el movimiento del cosmos, dando así una visión grotesca del mismo.
No obstante, el repentino fallecimiento de Scherchen el mismo año 1966 dejando la pieza inacabada significó que la obra no saliera adelante. Por sugerencia de Folkmar Hein, ingeniero de sonido, músico y a la sazón director del estudio de música electrónica de la Technische Universität (TU), de Berlín, Oskar Sala recuperó el proyecto para el festival de música electroacústica Inventionen '86, para el que el compositor grabó una nueva parte musical que se estrenó el 9 de marzo de 1986 y que es la que se incluye aquí.
La pieza adentra al oyente en el sueño del narrador, que se inicia con unos sonidos muy filtrados que recuerdan a campanadas en la distancia creando un efecto fantasmagórico; éste ha despertado en el fin de los tiempos en un cementerio donde los muertos se han levantado de sus tumbas. Entretanto el Mixturtrautonium asume el papel de sonorizador y Sala se recrea en símiles sonoros. Así, las campanas en lontananza han dado paso al sonido del viento, a terremotos, avalanchas y fuego... que anuncian el descenso de Cristo desde el Cielo. Sala distorsiona, filtra y ralentiza la voz de Schoenfelder mientras declama adquiriendo un tono espectral. Cristo se encuentra en el templo del lugar y los muertos resucitados, para los que se aplican los mismos efectos que para la voz principal, le preguntan a coro ¡Cristo!, ¿no hay Dios? A lo él que contesta: "No, no hay".
Los muertos se estremecen ante la respuesta y Cristo les revela que ha surcado los confines del cosmos sin hallar a Dios alguno. A continuación regresan los habituales arpegios alrededor del espeluznante paisaje sonoro que ha entretejido Sala en torno a ese mundo de ultratumba que pretende representar la composición. Cristo confiesa que son huérfanos, que no tienen padre, con lo que el universo a su alrededor comienza a derrumbarse mientras declama hacia la Nada su triste destino y el de la humanidad. Al final vuelven a repicar las campanas y el narrador despierta. Todo ha sido un sueño y la naturaleza florece a su alrededor en todo su fulgor en un mundo feliz y finito que le permite continuar adorando a Dios.
Relacionada con la anterior, "Largo" es una de las piezas nuevas del álbum, que Sala compuso precisamente como un homenaje a la figura de Scherchen en 1990. En esta ocasión, y durante sus apenas cinco minutos de duración, Oskar Sala nos sumerge en una suerte de notas ascendentes en un tempo lento, en donde los tonos subarmónicos dotan al conjunto de un aire misterioso, que a medida que avanza en su desarrollo se torna dramático.
"Fanfare" es una pieza breve, de poco más de un minuto, creada en 1952 para el Mixturtrautonium de válvulas. Su motivo melódico principal se desarrolla mediante una serie de arpegios con un sonido cuya tesitura sonora recuerda a una mezcla entre el timbre dulce de un instrumento de viento-madera como el corno inglés y el carácter brillante y afilado de una trompeta, mientras Sala realiza un equivalente a un pizzicato puntuando en segundo plano.
Otras de las piezas destacadas del álbum es "Impression Électronique (Hommage À Bourges)", una composición para cinta imposible de reproducir en tiempo real con el Mixturtrautonium, que Sala concibió como continuación de su "Elektronische Impressionen Nr. 1-9" de 1979, y cuya 'première' aconteció en el XVII Festival Internacional de Música Experimental de Bourges (Francia), el 8 de junio de 1987.
Se trata de una composición en la que se hace evidente la grabación multipistas, en la que se entrecruzan diversos motivos musicales en forma de arpegios con sonidos muy dispares, desde los que presentan connotaciones percusivas a los que se basan en patrones repetitivos de sonidos maquinales, que por momentos recuerdan a los resoplidos de una máquina de vapor, y los que se asemejan a instrumentos como la viola, todo ello dando como resultado una composición de cariz nebuloso.
My Fascinating Instrument se cierra con la regrabación de "Elektronische Tanzsuite", composición de 1955, y cuya nueva versión había presentado Sala en directo en el programa de la emisora SFB bajo el título de "Oskar Sala und sein Mixturtrautonium", el 30 de agosto de 1989. El 27 de enero de 1990 fue presentada con sus cinco movimientos en el marco del festival de música electroacústica Inventionen '90 en la Akademie der Künste de Berlín.
La pieza original había sido estrenada para la "Woche der leichten Musik" (Semana de la música ligera), organizada en Stuttgart por la emisora SDR entre el 10 y el 15 de octubre de 1955. En dicho estreno se presentaron por vez primera los efectos de percusión en una composición para Mixturtrautonium, implementados un año antes en el instrumento en forma de una serie de módulos externos que Sala solía colocar en la parte superior de la consola del mismo.
"Elektronische Tanzsuite" es una pieza para mixturtrautonium solo y mixturtrautonium en cinta dividida en cinco movimientos. El primero, "Concertando Rubato" es una composición destacada dentro del repertorio del músico alemán, constituyendo la más traviesa del conjunto con su melodía de trazos percusivos. A continuación "Expressivo" es un segmento parsimonioso, con la percusión marcando el ritmo de fondo mientras una intrigante melodía subarmónica protagoniza la pieza. Por el contrario "Giocoso" representa un cambio significativo, con una melodía arpegiada de aire solemne y con la sucesión de momentos de gran virtuosismo interpretativo a lo largo de su desarrollo. Por su parte "Strepitoso" es el fragmento más breve de la suite, en el que predominan los efectos sonoros y la percusión para dar paso a la conclusión con "Furioso", segmento en el que todas las energías contenidas se desatan en la pieza más rítmica, con una melodía que cabalga llevada por la percusión y que en cierto modo tiene un ligero cariz de comedia que no desentonaría en absoluto en un film de ese género.
Pasados cinco años de su primer lanzamiento por parte de Erdenklang, My Fascinating Instrument adquiriría nueva vida de la mano del sello FAX de Frankfurt. Su propietario, el prolífico músico y productor Peter Kuhlmann, más conocido por su nombre artístico de Pete Namlook, publicaría el 29 de mayo de 1995, bajo licencia de la compañía de Rützel, una edición del álbum limitada a mil copias y remasterizada digitalmente por él mismo, que estaría destinada básicamente a la exportación.
Amigo personal de Sala y gran amante de la historia y el sonido del Trautonium desde que descubrió su existencia en los años 80, Namlook sería uno de los principales promotores de la obra del músico de Greiz a través de rendidos homenajes en varios de sus propios álbumes, y sobre todo con las reediciones de My Fascinating Instrument y Subharmonische Mixturen.
En el caso del álbum que nos ocupa, la principal novedad que aportó el sello FAX, aparte del trabajo artístico del libreto y la remasterización, fue la inclusión de la pieza "Demonstration" de la "Fantasie-Suite In Drei Sätzen Für Mixturtrautonium Solo" interpretada por Oskar Sala en directo en su estudio en una versión abreviada en dos minutos respecto a la composición que abre el álbum, y que para la ocasión fue grabada directamente en el formato DAT.
Tras la publicación y excelente acogida de My Fascinating Instrument, la carrera de Oskar Sala volvería a adquirir nuevos bríos. La historia de una figura olvidada de la música electrónica como Sala atraería el inusitado interés de los medios (prensa, radio y televisión), cuya promoción contribuiría a darle mayor visibilidad y relevancia a su vida y obra entre el gran público. A partir de ese momento en el horizonte de este joven de ochenta años aparecerían no pocos proyectos de colaboración con otros músicos, nuevas ofertas de conciertos y ponencias, propuestas para componer bandas sonoras, así como premios y reconocimientos varios.
Su trayectoria discográfica de esos años sería prueba fehaciente del interés suscitado, con la reedición en cedé de varios de sus álbumes históricos a lo largo de la década de los 90 como Resonanzen (Originalton West, 1994), Trautonium-Konzerte (Wergo, 1994), de Harald Genzmer, Elektronische Impressionen (Erdenklang, 1998), así como su último trabajo con composiciones originales, Subharmonische Mixturen (Erdenklang, 1997).
Es interesante resaltar que álbumes como My Fascinating Instrument o Subharmonische Mixturen nunca se concibieron como obras nuevas, creadas desde cero, sino que la mayor capacidad del disco compacto posibilitó que su planteamiento estuviera más cercano al de un compendio o recopilación de diversas composiciones de todo el devenir histórico del Mixturtrautonium. El abundante material de archivo nunca antes publicado con el que contaba Sala y toda una serie de composiciones recientes formarían la columna vertebral de estos trabajos.
Desde un punto de vista musical, My Fascinating Instrument es un álbum quizá menos exuberante y más oscuro que Subharmonische Mixturen. Su propia idiosincrasia pone de relieve su carácter más experimental por medio de una escucha más exigente para el oyente que la del CD de 1997. Sala se mueve en registros muy diferentes, desde piezas para mixturtrautonium solo, pasando por temas para cinta, mixtos (para mixturtrautonium solo y en cinta), o la composición basada en el texto de Jean Paul Richter, en la que Oskar Sala crea efectos sonoros y recrea ambientes, una de sus múltiples facetas.
Sin contar con una composición del calibre de "Sechs Capricen Für Mixturtrautonium Solo" -tal vez la más bella jamás escrita por su autor-, My Fascinating Instrument incluye la no menos fascinante "Elektronische Tanzsuite", que sin duda figura entre las últimas grandes composiciones de Sala con el Mixturtrautonium. Quizá en el álbum piezas como "Largo" o "Fanfare", por su brevedad, no sean lo suficientemente reveladoras de las vastas posibilidades sonoras del Mixturtrautonium. No obstante, de lo que no hay duda es de la variedad de registros en los que se movió Sala a lo largo de su carrera, capaz del lirismo más arrebatador en composiciones de corte más clasicista, pasando por los fragmentos más minuciosamente descriptivos y pudiendo abordar la abstracción más expresiva mediante los más audaces experimentos electrónicos y/o electroacústicos.
Por todo ello se puede concluir que el valor histórico y musical de My Fascinating Instrument es incuestionable, constituyendo para Oskar Sala y su Mixturtrautonium una magnífica carta de presentación de cara a una nueva generación de oyentes que en los años 90 estaban ávidos de conocer los orígenes de la música electrónica.
* Agradecimientos especiales a Trautonist y a Ulrich Rützel por resolver muy amablemente algunos interrogantes acerca de la gestación de este álbum.
No obstante, el repentino fallecimiento de Scherchen el mismo año 1966 dejando la pieza inacabada significó que la obra no saliera adelante. Por sugerencia de Folkmar Hein, ingeniero de sonido, músico y a la sazón director del estudio de música electrónica de la Technische Universität (TU), de Berlín, Oskar Sala recuperó el proyecto para el festival de música electroacústica Inventionen '86, para el que el compositor grabó una nueva parte musical que se estrenó el 9 de marzo de 1986 y que es la que se incluye aquí.
La pieza adentra al oyente en el sueño del narrador, que se inicia con unos sonidos muy filtrados que recuerdan a campanadas en la distancia creando un efecto fantasmagórico; éste ha despertado en el fin de los tiempos en un cementerio donde los muertos se han levantado de sus tumbas. Entretanto el Mixturtrautonium asume el papel de sonorizador y Sala se recrea en símiles sonoros. Así, las campanas en lontananza han dado paso al sonido del viento, a terremotos, avalanchas y fuego... que anuncian el descenso de Cristo desde el Cielo. Sala distorsiona, filtra y ralentiza la voz de Schoenfelder mientras declama adquiriendo un tono espectral. Cristo se encuentra en el templo del lugar y los muertos resucitados, para los que se aplican los mismos efectos que para la voz principal, le preguntan a coro ¡Cristo!, ¿no hay Dios? A lo él que contesta: "No, no hay".
Oskar Sala en su estudio de la Avenida Heerstraße en 1993 interpretando el Mixturtrautonium con el 'frequency shifter' a su izquierda, al fondo de la imagen. |
Relacionada con la anterior, "Largo" es una de las piezas nuevas del álbum, que Sala compuso precisamente como un homenaje a la figura de Scherchen en 1990. En esta ocasión, y durante sus apenas cinco minutos de duración, Oskar Sala nos sumerge en una suerte de notas ascendentes en un tempo lento, en donde los tonos subarmónicos dotan al conjunto de un aire misterioso, que a medida que avanza en su desarrollo se torna dramático.
"Fanfare" es una pieza breve, de poco más de un minuto, creada en 1952 para el Mixturtrautonium de válvulas. Su motivo melódico principal se desarrolla mediante una serie de arpegios con un sonido cuya tesitura sonora recuerda a una mezcla entre el timbre dulce de un instrumento de viento-madera como el corno inglés y el carácter brillante y afilado de una trompeta, mientras Sala realiza un equivalente a un pizzicato puntuando en segundo plano.
Otras de las piezas destacadas del álbum es "Impression Électronique (Hommage À Bourges)", una composición para cinta imposible de reproducir en tiempo real con el Mixturtrautonium, que Sala concibió como continuación de su "Elektronische Impressionen Nr. 1-9" de 1979, y cuya 'première' aconteció en el XVII Festival Internacional de Música Experimental de Bourges (Francia), el 8 de junio de 1987.
Se trata de una composición en la que se hace evidente la grabación multipistas, en la que se entrecruzan diversos motivos musicales en forma de arpegios con sonidos muy dispares, desde los que presentan connotaciones percusivas a los que se basan en patrones repetitivos de sonidos maquinales, que por momentos recuerdan a los resoplidos de una máquina de vapor, y los que se asemejan a instrumentos como la viola, todo ello dando como resultado una composición de cariz nebuloso.
My Fascinating Instrument se cierra con la regrabación de "Elektronische Tanzsuite", composición de 1955, y cuya nueva versión había presentado Sala en directo en el programa de la emisora SFB bajo el título de "Oskar Sala und sein Mixturtrautonium", el 30 de agosto de 1989. El 27 de enero de 1990 fue presentada con sus cinco movimientos en el marco del festival de música electroacústica Inventionen '90 en la Akademie der Künste de Berlín.
La pieza original había sido estrenada para la "Woche der leichten Musik" (Semana de la música ligera), organizada en Stuttgart por la emisora SDR entre el 10 y el 15 de octubre de 1955. En dicho estreno se presentaron por vez primera los efectos de percusión en una composición para Mixturtrautonium, implementados un año antes en el instrumento en forma de una serie de módulos externos que Sala solía colocar en la parte superior de la consola del mismo.
"Elektronische Tanzsuite" es una pieza para mixturtrautonium solo y mixturtrautonium en cinta dividida en cinco movimientos. El primero, "Concertando Rubato" es una composición destacada dentro del repertorio del músico alemán, constituyendo la más traviesa del conjunto con su melodía de trazos percusivos. A continuación "Expressivo" es un segmento parsimonioso, con la percusión marcando el ritmo de fondo mientras una intrigante melodía subarmónica protagoniza la pieza. Por el contrario "Giocoso" representa un cambio significativo, con una melodía arpegiada de aire solemne y con la sucesión de momentos de gran virtuosismo interpretativo a lo largo de su desarrollo. Por su parte "Strepitoso" es el fragmento más breve de la suite, en el que predominan los efectos sonoros y la percusión para dar paso a la conclusión con "Furioso", segmento en el que todas las energías contenidas se desatan en la pieza más rítmica, con una melodía que cabalga llevada por la percusión y que en cierto modo tiene un ligero cariz de comedia que no desentonaría en absoluto en un film de ese género.
Portada de My Fascinating Instrument en la edición de 1995 del sello FAX. |
Amigo personal de Sala y gran amante de la historia y el sonido del Trautonium desde que descubrió su existencia en los años 80, Namlook sería uno de los principales promotores de la obra del músico de Greiz a través de rendidos homenajes en varios de sus propios álbumes, y sobre todo con las reediciones de My Fascinating Instrument y Subharmonische Mixturen.
En el caso del álbum que nos ocupa, la principal novedad que aportó el sello FAX, aparte del trabajo artístico del libreto y la remasterización, fue la inclusión de la pieza "Demonstration" de la "Fantasie-Suite In Drei Sätzen Für Mixturtrautonium Solo" interpretada por Oskar Sala en directo en su estudio en una versión abreviada en dos minutos respecto a la composición que abre el álbum, y que para la ocasión fue grabada directamente en el formato DAT.
Tras la publicación y excelente acogida de My Fascinating Instrument, la carrera de Oskar Sala volvería a adquirir nuevos bríos. La historia de una figura olvidada de la música electrónica como Sala atraería el inusitado interés de los medios (prensa, radio y televisión), cuya promoción contribuiría a darle mayor visibilidad y relevancia a su vida y obra entre el gran público. A partir de ese momento en el horizonte de este joven de ochenta años aparecerían no pocos proyectos de colaboración con otros músicos, nuevas ofertas de conciertos y ponencias, propuestas para componer bandas sonoras, así como premios y reconocimientos varios.
Su trayectoria discográfica de esos años sería prueba fehaciente del interés suscitado, con la reedición en cedé de varios de sus álbumes históricos a lo largo de la década de los 90 como Resonanzen (Originalton West, 1994), Trautonium-Konzerte (Wergo, 1994), de Harald Genzmer, Elektronische Impressionen (Erdenklang, 1998), así como su último trabajo con composiciones originales, Subharmonische Mixturen (Erdenklang, 1997).
Es interesante resaltar que álbumes como My Fascinating Instrument o Subharmonische Mixturen nunca se concibieron como obras nuevas, creadas desde cero, sino que la mayor capacidad del disco compacto posibilitó que su planteamiento estuviera más cercano al de un compendio o recopilación de diversas composiciones de todo el devenir histórico del Mixturtrautonium. El abundante material de archivo nunca antes publicado con el que contaba Sala y toda una serie de composiciones recientes formarían la columna vertebral de estos trabajos.
Desde un punto de vista musical, My Fascinating Instrument es un álbum quizá menos exuberante y más oscuro que Subharmonische Mixturen. Su propia idiosincrasia pone de relieve su carácter más experimental por medio de una escucha más exigente para el oyente que la del CD de 1997. Sala se mueve en registros muy diferentes, desde piezas para mixturtrautonium solo, pasando por temas para cinta, mixtos (para mixturtrautonium solo y en cinta), o la composición basada en el texto de Jean Paul Richter, en la que Oskar Sala crea efectos sonoros y recrea ambientes, una de sus múltiples facetas.
Sin contar con una composición del calibre de "Sechs Capricen Für Mixturtrautonium Solo" -tal vez la más bella jamás escrita por su autor-, My Fascinating Instrument incluye la no menos fascinante "Elektronische Tanzsuite", que sin duda figura entre las últimas grandes composiciones de Sala con el Mixturtrautonium. Quizá en el álbum piezas como "Largo" o "Fanfare", por su brevedad, no sean lo suficientemente reveladoras de las vastas posibilidades sonoras del Mixturtrautonium. No obstante, de lo que no hay duda es de la variedad de registros en los que se movió Sala a lo largo de su carrera, capaz del lirismo más arrebatador en composiciones de corte más clasicista, pasando por los fragmentos más minuciosamente descriptivos y pudiendo abordar la abstracción más expresiva mediante los más audaces experimentos electrónicos y/o electroacústicos.
Por todo ello se puede concluir que el valor histórico y musical de My Fascinating Instrument es incuestionable, constituyendo para Oskar Sala y su Mixturtrautonium una magnífica carta de presentación de cara a una nueva generación de oyentes que en los años 90 estaban ávidos de conocer los orígenes de la música electrónica.
* Agradecimientos especiales a Trautonist y a Ulrich Rützel por resolver muy amablemente algunos interrogantes acerca de la gestación de este álbum.
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